Reflexiones.

Porque hay días y días, y hay días que tienes tiempo para ti, que te sobra y que te hace pensar.

¡Qué bonito es compartir tu jodida existencia con otra persona!

Eso sí, te quedas solo y la cagas... ¿Por qué darle mil vueltas a todo? Y cuantas más vueltas, más me mareo y más gira todo a mi alrededor. ¿Estaré haciendo las cosas bien? Otra vez la misma pregunta... ¿Acaso cuesta tanto amar y ser amado? ¿Tan difícil es? Joder, debo ser una jodida antigua, pero a mí no me parece tan difícil, ofrecer sin esperar nada a cambio está bien, pero encima recibir patadas día sí, día también. ¿Qué te hecho para que me odies karma?

Al fin y al cabo tenemos una existencia tan efímera, que a veces no sé si las cosas merecen la pena o no. El final siempre es el mismo, aguas estancadas, humedad, podredumbre... Básicamente MIERDA.
Es muy triste que habiendo 7 millones de personas en el mundo, tengamos tales caracteres, que existan las personas que quieran acabar así, abandonadas y solas, esperando el final sin saber si tendremos otra oportunidad.



Pero no va a ser hoy el día que yo me rinda, no, lo siento, aún me queda mucha más guerra que dar. Seguiré tratando de dar todo lo bueno que salga de mí, aunque lo que reciba sean palos, entre alguno puede que me caiga algún beso o alguna caricia. El amor está sobrevalorado y yo, imbécil de mí, lo valoro aún más.
Hay cosas que no cambian y defectos que no se pieden y aquí, la menda, seguirá pensando que la vida sin ser compartida no tiene sentido, que lo más bonito que te puede pasar es que llores con sentimiento, que exista una persona que con un simple mensaje de texto te alegre el día. Qué verdad esa de que lo verdaderamente importante, está en las pequeñas cosas... Mi "pequeña cosa" mide 1.61

Y así son las cosas desde que tengo sentimientos. Reír, llorar, caer, levantarse, COMPARTIR. Cada día es una oportunidad más de sonreír, ¿qué hacéis ahí desperdiciándolo?




HAPPINESS ONLY REAL WHEN SHARED.













Cabo Peñas, 24/10/2010

escrito hace mucho, mucho tiempo.

que dulce resulta tu mirada en el sofá, cuando te da el sol en la cara, cuando hemos perdido del todo la ropa, cuando la piel brilla y no es porque sea su color, sino más bien el calor. que bonito añorarte cada noche, cada una que pasa más y más, a estas alturas, habiéndonos dejado morder un pedacito del paraíso allá por abril, y ahora nos dejan así. me muero por pasar una sola noche contigo, por dormir abrazados y no tener que conformarme con soñar que no queda ni un milímetro entre tu piel y la mía, no conformarme con un mensaje de buenas noches ni de buenos días, ni correr a la puerta cuando llegas tarde. no quiero conformarme con nada. quiero más. mucho más. quiero oir tu voz al acostarme, al despertarme, al ducharme, al comer, cada segundo. te necesito. mi vida es tan tan perfecta contigo que hasta me asusta. ya me demostré que no podía vivir sin ti aunque no quisiera reconocerlo y cada día que pasa me atas más a tu alma. las últimas veces que nos fundimos en uno, fue mucho más que eso, nos transformamos por un rato en el placer del otro, en las ganas, en la pasión. ahora es cuando yo me río de las discusiones a los tres meses, de la pérdida de la magia y de la desaparición de la pasión. el que dijo eso no nos conocía. y que poquito llevamos juntos, y a mí me parece una vida, y si fuera una vida y me muriera ahora, me moriría siendo la mujer más feliz del mundo y amándote con todas mis fuerzas. ahora es cuando yo me voy y me conformo con soñarte, eso sí, dulces sueños. muy dulces.
¿Qué es lo que sientes cuando llegas a lo más alto?

Otra vez más demostrando que no somos más que los animales más básicos del planeta y lo único que sientes es ansias de más. Estúpido cerebro, siempre igual.
Realmente tu cuerpo te pide que pares, que descanses, que no quiere más. Y tú sigues... ¿para qué le vas a hacer caso? Así estás, que te pesa más el corazón que los huesos, infeliz.
¿De qué te quejas? Eres una privilegiada en este mundo, y lo sabes, y aún así te quejas. ¿Qué pasa contigo? Despierta porque llorando no vas a arreglar tus desdichas. Muévete, sal a la calle y muévete. ¡YA!


¿Sigues ahí sin escucharme? Así te va... Cuando quieras darte cuenta se te acabó el tiempo, ¿a qué estás esperando?

(Suena: Vasco Rossi - Siamo solo noi
"Siamo solo noi generazione di sconvolti che non han più santi né eroi")

Se levantó una mañana. Subió la persiana de su ventana y el astro rey reveló los trazos de una habitación asimétrica y descolocada. Frotó fuerte sus ojos, quién sabe si por cansancio o por tratar de cambiar su realidad, y se dirigió al baño. Ducharse. Secarse el pelo. Vestirse. Desayunar. Lavarse los dientes. Maquillarse. Hacer la cama. Correr al tren. Todo son prisas. Así todos los días...

¡Buenos días, amiga rutina! ¿Cree usted que hoy será un buen día?

Y allí estaba ella, caminando por la calle entre cuerpos casi sin vida, todos iguales, robóticos. A veces los mira extrañada, pensando qué puede ser lo que la diferencie de ellos, de esas máquinas que se crean a sí mismas. Otras veces le parece que los árboles la animan a huir, a salir volando lejos, que los pájaros tratan de animarle el día con cancioncillas alegres, que el planeta rezuma palabras de auxilio por todos sus poros. Y ella se limita a vivir, a dejar que pasen los días, aún sabiendo que el día que pasa ya nunca volverá, cual marioneta líada en sus propios hilos, esos que la mantienen para que no caiga al vacío.

Y si miras su foto, aunque trate de mostrar su más tierna sonrisa, si te fijas bien tras ella se esconde una mujer con eternos ojos tristes.



(Suena: Le valse de Amélié - Yann Tiersen)

Actualizando de nuevo.

Para. Piensa. ¿Qué haces con tu vida?

Cuando lo haces, estás perdido. Estoy perdida. Todo a mí alrededor está sobre un enorme lago helado por la desilusión, las caídas, los golpes, las heridas, el odio, el rencor... Un milímetro de grieta hace que mis pies se deslicen inestables en mi suelo, el hielo con el que vivo.

Odio esas mañanas en las que te levantas y la cama te advierte que va a ser un mal día, "no te levantes" me dice... y nunca le hago caso, aún sabiendo que tiene razón. Con el tiempo te haces vieja por dentro, seca, fría, borde que dirían mis "amigos"... Y cada vez más, porque cada vez más gente consigue hacer una grieta en mi roca para llegar a mi frío corazón y cada vez más malherido se queda y los golpes duelen cada vez más. Será por eso que somos humanos y tenemos que tropezar con las mismas piedras toda la vida, pero ¿tan efímero es el mundo que siempre mi alegría es también mi desgracia?

Estas mañanas deberían acabarse. Que se acaben los días tristes, los días solitarios, los días con mala suerte, los días apagados.

Si la felicidad me evita, tendremos que jugar al "pilla-pilla".


(Suena: Cada dos minutos - Despistaos con Rulo y Kutxi
"Cada dos minutos desesperación se acomoda en mi colchón y no me deja espacio")
Simplemente quiero que sepas que para mí (que soy especial, diferente de los demás, inusual) es difícil que me acuerde de los profesores, pues a los de primaria si los veo no los reconozco, pero algo hizo que de ti no me olvidase, existe algo que me quedó guardado dentro y que no sé explicar.

A día de hoy, las poquitas veces que voy a recoger a Lauri, me embriago de un olor familiar, de rincones que conozco al milímetro, de recuerdos de un aula que reconocería en cualquier situación, por muy extrema que sea.

No toda la personalidad de un niño se crea en casa, y tú en nosotros depositaste mucho contenido, pequeñas gotitas que a la mayoría de nosotros ahora, que somos unos niños un poquito más grandes, nos llenan de inquietud, de ganas de saber, de estudiar, de ser alguien importante, de destacar entre los que de verdad te quieren.

Te mereces más que una entrada, y me siento molesta por no haber podido ir a la comida que se hizo, pero para la próxima reunión, haré lo que sea por ir.

Ahora sí que me despido con un clásico, pero en mi caso sentido:

Gracias Marisa :)

Una pequeña duende del 98.
¿Qué haces cuando pierdes aquello por lo que luchas?

¿Qué tienes que hacer para recuperar las ganas de conseguir tu meta?

Hay momentos de tu vida en los que te das cuenta de que todo vale, y si tomas el camino equivocado, encontrarás un atajo que te lleve de vuelta al correcto. Hay momentos en los que tienes que decidir y tomarte las cosas en serio... pero hay otros en los que sólo te apetece reír.

Dicen que al sonreír se ponen en movimiento 17 músculos, y al dar una carcajada entran en juego 400 de los 650 que tenemos. Cada día cuando me despierto me propongo agotar a esos 400 músculos...

pero ¿qué pasa cuando no encuentras una razón?